Hace doce años empezó lo que para mí a día de hoy en “mi bestia”.
Un dolor que empezó de repente sin saber qué pasaba, ese dolor cogía la mitad de mi cara y boca, eran terribles y no comprendía el motivo de ese tipo de dolor.
Después de un tiempo sin obtener un diagnostico concreto por fin llegó “mi ángel de la guarda” un doctor descubrió lo que realmente me ocurría…Neuralgia del Trigémino.
Una enfermedad silenciosa, desconocida que te va consumiendo a corto o largo plazo.
A lo largo de 9 años me han realizado 9 operaciones quirúrgicas de forma paliativa. Después de cuatro años todo se complica con desconexiones cerebrales.
Al principio de estar así quería morirme, hacer lo que fuera para no seguir viviendo, no te sientes comprendida.
Un dia, hace dos años pensé por qué yo? Tengo que salir de esto.
Me quería ver como era antes, una mujer fuerte, alegre y con muchas ganas de vivir, ya que todo mi bestia se lo había llevado.
Me dije ARRIBA.
Empecé a tener un poco de vida, poder salir. Arreglarme, sentir que había vida, vida que no tenía ni yo ni mi familia.
Hoy aunque mi enfermedad no tiene cura, todos los días me levanto y doy lo mejor de mí.
Lo mismo les digo a las personas que estén pasando por lo mismo o algo similar, les digo:
¡Vamos! Hay que salir de ese túnel. Eres tú y sólo tú quien puede hacerlo para sentirte viva.
Hoy me siento orgullosa de todo lo que he conseguido y sigo consiguiendo, aunque con mis limitaciones físicas y no poder llevar una vida normal, me siento viva, con ganas de luchar.