María

A la edad de 20 años, bajo mis sospechas una reumatóloga me diagnostico Fibromialgia severa, asegurándome que nunca podría realizar ninguna actividad física, de hecho nunca hice deporte por miedo a las lesiones que me podrían producir, ni andar, nadar y tomar siempre una medicación de porvida acarreándome una gran depresión que me dejó postrada en una cama durante años.
A partir de un momento determinado pasé de sentirme una incapacitada para tener una vida normal sin ayuda de terceros a convertirme en una fisioculturista profesional y demostrarme a mí misma que a pesar de mis limitaciones físicas con el dolor que acarrea, una enfermedad no condiciona totalmente la vida de una persona si esta cree en sí misma, en su potencial, posee la actitud adecuada y sepa los límites de su cuerpo, a veces también son mentales, la fuerza de voluntad es tan poderosa que puede nunca a llegar a curar una enfermedad o limitación pero sí que esta rebase los limites que creía tener, aunque le cueste media parte de su vida como es mi caso.

Carrito de compra