
A los dieciséis años me diagnosticaron Ataxia de Friedrich.
En principio los médicos pensaban que tenía un tumor cerebral y me ingresaron para hacerme unas pruebas y descubrieron esa enfermedad rara degenerativa genética.
En esos momentos me sentí desilusionada con la vida, en los peores momentos me sentía muy mal y sola, como una carga para mis padres pero todo se va superando y aunque sé que esto me acompañará siempre quiero decirles a las personas por lo mismo para poder superar el día a día, que sean fuertes, que luchen todo lo que puedan para seguir caminando y que nunca que vengan abajo que hay peores enfermedades que esta.