Tengo 40 años.
Hace 7 me diagnosticaron mi primer cáncer de mama, dos en estos últimos años.
Durante este tiempo he tenido diferentes tratamientos, varias intervenciones quirúrgicas y más de una cicatríz y todo ello me ha mostrado la fortaleza y perseverancia que se esconden dentro de cada uno de nosotros, que sin saberlo guardamos en nuestro interior.
El cáncer me ha enseñado en confiar en los momentos más difíciles, pero sobre todo me ha enseñado a mirar la vida con una perspectiva más sencilla, sin artificios, me ha enseñado a valorar cada momento, cada segundo, a valorar a mi persona y mi cuerpo, valorar este cuerpo que tiene tanta vida.
Me ha brindado la oportunidad de desaprender lo estipulado para aprender lo importante. Mi cáncer, mi maestro, con el que cada día aprendo cosas nuevas y sobre todo con el que cada día aprendo a VIVIR